La administración de los medicamentos

Los medicamentos son una parte fundamental en el manejo del cáncer infantil, algunos se utilizan para atacar o controlar el cáncer, otros para manejar los síntomas, otros para evitar infecciones, entre muchos otros usos.

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Los padres y cuidadores suelen sentirse abrumados a la hora de administrar los medicamentos, sobre todo al inicio de la enfermedad.  Compatibilizar la vida familiar con los cuidados que requiere y además hacerse cargo de la medicación del niño de forma correcta, puede parecer imposible. Pese a lo complejo que aparenta ser, la mayoría logra hacerlo posible y con mucho éxito.

El almacenamiento de todo tipo de medicamento debe estar fuera del alcance de los niños, en especial de los más pequeños.

 

Algunas recomendaciones:

 

  • Guardar los medicamentos en sus envases originales.
  • Guardarlos en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños.
  • Guardarlos en una caja plástica, en un lugar diferente a los medicamentos de otros miembros de la familia para evitar confusión.
  • Si deben estar refrigerados, evitar contacto con alimentos.
  • Evitar el uso de pastilleros.
  • Si no puede ver de forma correcta el rotulado o fecha de vencimiento, es mejor no consumirlos y desecharlos.

 

A la hora de almacenar, también es importante conservar la temperatura indicada para cada medicamento. Alguna medicación requiere mantenerse refrigerada.

 

De forma general, aunque los medicamentos no requieran refrigeración y puedan mantenerse a temperatura ambiente, es importante que los guarde en lugares frescos y lejos de la luz solar.

 

Es importante también un almacenaje libre de polvo. Los niños pueden tener sus defensas muy bajas, por lo que hay que mantener la mayor higiene posible. Es recomendado que la medicación del paciente se mantenga en una caja plástica con tapa y limpiarla diariamente.

Administrar un medicamento requiere concentración. Con el paso del tiempo se vuelve una actividad rutinaria, lo que provoca que actuemos en modo automático, sin prestar atención a la acción. Es fundamental siempre recordar, aunque parezca repetitivo, seguir el proceso seguro de administración.

 

El primer paso, por norma general, siempre es la higienización de las manos. Los pasos para la administración segura son:

  1. Revisar indicación médica. Esto incluye el nombre del medicamento, la cantidad o dosis indicada y la frecuencia con la que tiene que darlo.
  2. Revisar el nombre del medicamento que tiene en sus manos y que coincida con el indicado.
  3. Revisar la dosis o cantidad de medicamento y ver que coincida con la indicación.
  4. Mirar si es el horario correcto para dar el medicamento de acuerdo a lo programado.
  5. Revisar la fecha de vencimiento.
  6. Revisar las consideraciones especiales o del medicamento.

 

Una vez realizados estos pasos, se puede seguir con la administración del medicamento. Si el paciente va a tocar o recibir el medicamento con la mano, será necesario que también realice lavado de manos de forma correcta para disminuir riesgo de contraer infecciones.

 

Es recomendable siempre seguir estos pasos. Al inicio puede parecer demoroso, pero con la práctica se hará cada vez más fácil. Lo fundamental es recordar que es un proceso que requiere de atención y que debe realizarse con mucho cuidado.

 

Si existe algún medicamento que deba ser administrado durante la noche, es recomendable dejar la dosis preparada previo a entrar en la habitación para asegurar que sea la adecuada.

  • Anticonvulsivante: ayudan a prevenir el desarrollo de convulsiones.
  • Antiespasmódico: se utilizan para aliviar o disminuir los espasmos o calambres estomacales
  • Antifúngico: ayudan a combatir o prevenir infecciones debido a hongos.
  • Antiviral: ayudan a combatir o prevenir infecciones causadas por virus.
  • Antibiótico: combaten infecciones causadas por bacterias.
  • Antiemético: medicamentos que disminuyen o suprimen los vómitos o náuseas.
  • Corticoides: estos medicamentos reducen la inflamación (la irritación y la hinchazón) que hay en el cuerpo. Además, tiene propiedades que atacan las células cancerosas y modula el sistema inmune.
  • Inmunosupresor: disminuye la respuesta inmune de las personas con enfermedades autoinmunes o que han recibido un trasplante.

 

Para conocer más acerca de los distintos medicamentos y sus cuidados, visite Medicamentos en el cáncer.

Los medicamentos pueden venir en diferentes presentaciones. Los fármacos vía oral existen en comprimidos o pastillas, cápsulas, polvos, jarabes y ampollas. La forma a utilizar depende de las propias características del medicamento, de la cantidad y la indicación médica.

 

Algunos fármacos tienen presentaciones pediátricas, a los que les agregan endulzantes para ayudar en el sabor. Pueden resultar de mucho mayor costo. Es posible que no todos los medicamentos sean agradables para el niño, por lo que es importante buscar estrategias que lo ayuden en el proceso.

Es importante considerar, además, las preferencias del paciente. Algunos niños prefieren pastillas completas y otros diluidas.

Antes de moler o diluir cualquier medicamento, es importante consultar con el equipo médico si el remedio se puede modificar.

 

Otra buena recomendación es ajustar los horarios de los medicamentos a la rutina del niño para así evitar despertarlo en la noche.

Es posible que su hijo se resista a tomar los medicamentos, sobre todo si son amargos o abundantes. En los más pequeños puede ser una verdadera dificultad y es habitual que eso genera ansiedad en los padres.

 

Es fundamental que, pese a la ansiedad, hay que buscar estrategias que permitan llevar a cabo el proceso con éxito. No deje de dar un medicamento por su cuenta, ya que la suspensión de un fármaco puede tener graves consecuencias en el tratamiento.

 

Si tiene muchas, dificultades converse con su equipo de atención. En ocasiones existen otras presentaciones del fármaco o una forma distinta de asegurar el tratamiento, como la instalación de una sonda nasogástrica que, pese a lo duro que pueda parecer, en muchas ocasiones es una gran aliada y permite ayudar a los niños en etapas más difíciles.

 

Algunas recomendaciones:

 

  • Considere las preferencias del niño y en lo posible trate de ajustarse a ellas. Recuerde que si debe moler o triturar un medicamento, debe consultar con el personal de salud primero.
  • Si el niño toma medicamentos diluidos, intente usar poco agua. Es más fácil lograr que se tome 2cc versus 10cc.
  • En el comercio existen saborizantes con los que se pueden mezclar los medicamentos. Consulte directamente con el equipo si los puede utilizar.
  • Una estrategia que lo puede ayudar es la técnica de “piscina”. Para realizarla, el niño elige su jugo favorito, toma un sorbo grande y lo guarda en su boca sin tragar. Luego, usted rápidamente con una jeringa pequeña, le vierte el medicamento en la boca y el niño lo traga.
  • Mezclar el medicamento con una pequeña cantidad de líquido o de comida blanda (como la compota de manzana), puede hacerlo un poco más apetitoso. Use solamente una cantidad reducida de alimento y asegúrese de que su hijo se lo coma todo para recibir la dosis completa de medicamento. Evite mezclar el medicamento dentro de la mamadera: si el bebé no se acaba la mamadera, podría no recibir la dosis completa. Recuerde siempre consultar previamente con el equipo de salud.
  • Con una jeringa pequeña, ideal de 3cc, intente vaciar el medicamento diluido o en jarabe poco a poco en el interior de la mejilla, donde no hay papilas gustativas.

Una vez administrado el medicamento de forma correcta, debe realizar lavado de manos y anotar en algún cuaderno o calendario su administración para así llevar un control de los medicamentos y horarios.  Este proceso se le denomina registro y es importante que lo incorpore en la rutina

Es posible que en alguna ocasión su hijo vomite después de haber recibido algún fármaco. Esto puede ser producto del propio medicamento, por causa de alguna infección estomacal o sensibilidad post quimioterapia.

 

Si se presenta de forma frecuente, sobre todo con un medicamento, es importante que se lo comunique al equipo de salud. Existen medicamentos que pueden darse previamente para controlar las náuseas y vómitos.

 

En los casos en que el vómito es persistente y el niño no tolera ningún medicamento, lo más probable es que esté con una infección estomacal, por lo que debe consultar con su equipo de atención de salud. Si el niño además está con mucositis intensa, puede requerir el manejo de medicación endovenosa o la instalación de una SNG (sonda nasogástrica).

 

En ocasiones, el vómito puede darse de forma aislada, en estos casos la mayoría de los centros tienen protocolos. En algunos lugares se considera que, si el niño vomita después 1 hora de haber recibido la medicación, ésta no se debe repetir porque ya debe estar digerida. Sin embargo, esto puede variar mucho con la condición del niño, por lo que pregúntele directamente a su equipo qué medidas tomar en esos casos.

Existe la posibilidad de que su hijo se vaya de alta con sonda nasogástrica (SNG), para ayudarlo en su alimentación y medicamentos. Si éste es su caso, necesitará moler y diluir los medicamentos previamente. Además, antes y después de usar la sonda, será necesario probarla para confirmar que ésta se encuentre funcionando de manera adecuada, pasando agua por ella. Puede revisar cuidados del niño con sonda nasogástrica.

Es importante desechar o eliminar los medicamentos de forma segura. Una de las mejores formas es llevar los medicamentos a su farmacia para que ésta los pueda eliminar de forma segura.

 

Esto se debe realizar cuando:

  • Existen partes rotas en las cápsulas o comprimidos.
  • Se encuentren vencidos. Es de importancia mirar las fechas de vencimiento en los envases.
  • Existe cambio en la apariencia, color, olor o están
  • No utilice medicamentos líquidos que se vean turbios, hayan cambiado su color o exista cambio en su consistencia.
  • Ya no sean necesarios. No guarde medicamentos recetados que ya no estén siendo utilizados en el tratamiento de su hijo.
  • Una vez que tenga identificado los medicamentos a eliminar y si su farmacia no realiza este procedimiento, es necesario saber cómo se realiza este proceso de forma segura.

 

Para esto, siga los siguientes pasos:

  1. Coloque el medicamento o jarabe en un recipiente sellado, como una bolsa con cierre o envase de mantequilla.
  2. Tache toda la información personal de la etiqueta de la receta original en el envase del medicamento.
  3. Tire el recipiente sellado que contiene la mezcla en un contenedor de basura.

 

NO tire los medicamentos por el inodoro, a menos que se le indique lo contrario. Esto porque pueden generar contaminación en el agua y enfermar a otras personas.

Una vez que se esté de alta, existe una alta probabilidad que se deba administrar algún medicamento que requiera control de niveles sanguíneos.

 

Cada medicamento funciona de mejor forma si existe un nivel determinado en el organismo. Si el nivel es demasiado bajo, el medicamento no está cumpliendo su función, por lo que será necesario aumentar la dosis. Si, por el contrario, los niveles se encuentran altos, éstos podrían causar daño para el paciente.

La dosis correcta del medicamento dependerá de diferentes factores, incluidos la edad, peso y la enfermedad o síntoma que se está tratando.

 

Controlar estos medicamentos ayudará al equipo médico a asegurarse de que la dosis sea la adecuada para cumplir con lo que se requiere.

 

No todos los medicamentos requieren medir niveles. Esto puede ser porque el medicamento es seguro y funciona de forma correcta en un amplio rango de dosis, o porque el medicamento actúa para un síntoma en la que su variación se usa para medir si la dosis es la adecuada. Un ejemplo de esto es el manejo de la hipertensión.

 

Lo usual al controlar niveles de un medicamento, es el monitoreo previo a la dosis. Esto quiere decir que el equipo de enfermería le deberá tomar una muestra de sangre antes que usted le administre la dosis correspondiente a un determinado día. El día seleccionado será indicado por las enfermeras a cargo.