Son aquellos que crecen en el cerebro (o encéfalo) y en la médula espinal. Pueden ser tumores de crecimiento lento (benignos) o rápido con destrucción de estructuras vecinas (malignos). En ambas situaciones, estos tumores pueden producir secuelas neurológicas y otros síntomas.
Son aquellos que crecen en el cerebro (o encéfalo) y en la médula espinal. Pueden ser tumores de crecimiento lento (benignos) o rápido con destrucción de estructuras vecinas (malignos). En ambas situaciones, estos tumores pueden producir secuelas neurológicas y otros síntomas.
Hay varios tipos de tumores del SNC.
Los tipos de tumores benignos más comunes son:
Los tipos de tumores malignos más comunes del SNC son:
En general, este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas, tales como:
En caso que una persona presente estos síntomas, el médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un tumor del SNC.
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de tumores del SNC. Entre los principales están:
No existe la forma de prevenir un tumor del SNC.
No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para tumores del SNC.
Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un tumor del SNC son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un tumor del SNC.
Un tumor del SNC produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un tumor del SNC, puede solicitar los siguientes exámenes:
Un tumor del SNC produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un tumor del SNC, puede solicitar los siguientes exámenes:
El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados), permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Según el tamaño del tumor y compromiso de estructuras vecinas y otros órganos con metástasis, el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III ó IV), donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico.
Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas reunidos en el Comité Oncológico, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y podrá definir el pronóstico probable de él.
Existen varias formas para tratar un tumor del SNC. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para los tumores del SNC son: cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida y la inmunoterapia.
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.
3. Quimioterapia: puede producir fatiga, náuseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante o después de los ciclos.
Los tumores malignos del Sistema Nervioso Central no están considerados dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el costo del tratamiento está cubierto en su totalidad en la red pública.
En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta entidad definirá el prestador al que el paciente será derivado. El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.
Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.
Por otro lado, los tumores primarios del Sistema Nervioso Central, definidos como lesiones expansivas primarias de naturaleza tumoral que afectan la cavidad craneana y/o el canal raquídeo produciendo compresión de estructuras nerviosas en forma progresiva con lesión secundaria de éstas, si están considerados dentro de GES para todo beneficiario de 15 años o más. No obstante, en este problema de salud quedan incluidas solo aquellas enfermedades que afectan la cavidad craneana que se detallan a continuación (Ministerio de Salud, 2024):
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso del cáncer del SNC, este seguimiento dura 10 años o más, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año. Habitualmente se pide una resonancia nuclear magnética anual por si hay una recaída.