Melanoma

Si sientes temor por el diagnóstico o tratamiento que tu médico de cabecera te entregó en relación a tu cáncer y necesitas que un segundo experto te dé una opinión al respecto, entonces esta ayuda de Care te servirá.

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Es el tipo de cáncer que se desarrolla en la piel (poner dibujo). Consiste en el crecimiento anormal de células de la piel llamados melanocitos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

 

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en la piel (poner dibujo). Consiste en el crecimiento anormal de células de la piel llamados melanocitos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

 

El melanoma se manifiesta con la aparición de una mancha o lunar en la piel, que puede ir creciendo o cambiando de forma o color. Puede ser una lesión que no existía previamente o un lunar que cambia su aspecto original. Existen 5 señales que podrían advertir sobre la aparición de un melanoma, que se resumen en la regla ABCDE:

 

  • A de Asimetría: la mitad del lunar o marca de nacimiento no corresponde a la otra mitad
  • B de Borde: los bordes son irregulares, desiguales o poco definidos
  • C de Color: el color no es uniforme y pudiera incluir sombras diferentes de color marrón o negras, o algunas veces con manchas rosadas, rojas, azules o blancas
  • D de Diámetro: el lunar mide más de 6 milímetros de ancho, aunque los melanomas algunas veces pueden ser más pequeños que esto
  • E de Evolución: el tamaño, la forma o el color del lunar están cambiando

 

El médico examinará todo su cuerpo buscando otras lesiones y observará la lesión sospechosa con instrumentos específicos. Cuando hay sospecha de una lesión maligna de la piel, se realiza una biopsia, que puede ser desde una muestra pequeña a la extracción completa de la lesión.  En algunas ocasiones la resección es acompañada de una biopsia centinela, en donde se marca con métodos de color o radioactivos la zona cercana a la lesión, para detectar si hay presencia de ganglios comprometidos cercanos al tumor.

Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un melanoma.  Entre los principales están:

  • Exposición a rayos UV
  • Tener muchos lunares
  • Presencia de lunares atípicos (nevos displásicos)
  • Síndrome de nevo displásico (en melanoma hereditario)
  • Nevo melanocítico congénito, en particular los grandes
  • Personas con piel muy clara, pecas o rubia, que se queman fácilmente con el sol
  • Antecedente familiar de melanoma
  • Antecedente personal de melanoma
  • Disminución de la inmunidad
  • Envejecimiento, aunque puede afectar a niños y jóvenes
  • Xeroderma pigmentoso

Ud. puede disminuir el riesgo de padecer un melanoma si evita la exposición a los rayos ultravioletas. Esto es muy importante para todas las personas de cualquier edad, aunque más aún en niños y personas con piel muy blanca.

Para esto debe usar medios mecánicos (sombrero, quitasol, ropa), evitar exponerse al sol en las horas punta (de 12 a 17 horas) y usar bloqueador solar.

No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para melanoma. En caso de presentar lunares o manchas en la piel que cambien de forma o color, o si tiene muchos lunares, la persona puede consultar en forma periódica a un médico dermatólogo para que haga vigilancia sobre estas lesiones y estudiarlas con más detalle si hay sospecha de un melanoma.

El melanoma se manifiesta con la aparición de una mancha o lunar en la piel, que puede ir creciendo o cambiando de forma o color. Puede ser una lesión que no existía previamente o un lunar que cambia su aspecto original. Existen 5 señales que podrían advertir sobre la aparición de un melanoma, que se resumen en la regla ABCDE:

  • A de Asimetría: la mitad del lunar o marca de nacimiento no corresponde a la otra mitad
  • B de Borde: los bordes son irregulares, desiguales o poco definidos
  • C de Color: el color no es uniforme y pudiera incluir sombras diferentes de color marrón o negras, o algunas veces con manchas rosadas, rojas, azules o blancas
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  • D de Diámetro: el lunar mide más de 6 milímetros de ancho, aunque los melanomas algunas veces pueden ser más pequeños que esto
  • E de Evolución: el tamaño, la forma o el color del lunar están cambiando

El médico examinará todo su cuerpo buscando otras lesiones y observará la lesión sospechosa con instrumentos específicos. Cuando hay sospecha de una lesión maligna de la piel, se realiza una biopsia, que puede ser desde una muestra pequeña a la extracción completa de la lesión.

Una vez se confirma con una biopsia la presencia de un melanoma, el médico debe solicitar una serie de exámenes para evaluar el avance de la enfermedad y si ha comprometido otros órganos del cuerpo. Los exámenes que se podrían solicitar son:

 

  • Pruebas de laboratorio para definir alteraciones genéticas en la biopsia
  • Radiografía de tórax para evaluar metástasis pulmonares
  • Ecografía abdominal, para evaluar metástasis al hígado
  • Tomografía computarizada (TAC) de cerebro, tórax, abdomen y pelvis, para evaluar la presencia de metástasis en cerebro, pulmones, hígado y hueso, entre otros.
  • Resonancia magnética de cerebro y/o abdomen y/o hígado
  • PET-CT para detectar lesiones en cualquier parte del cuerpo.

El conjunto (algunos o todos los mencionados), permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Según el tamaño del tumor, invasión de la piel y compromiso ganglios y otros órganos con metástasis, el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III o IV, en donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico)

Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas, reunidos en una reunión llamada Comité Oncológico, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y podrá definir el pronóstico probable de él.

Existen varias formas para tratar un melanoma. El médico tratante en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.

Los tratamientos más importantes para el melanoma son la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia.

La cirugía corresponde a la extracción completa del tumor, con un margen de piel sana para prevenir una recidiva local. Frecuentemente se realiza la marcación de la piel cercana con colorante o sustancias radioactivas para definir compromiso de los ganglios cercanos al tumor. Hay varias formas de realizar esta cirugía; el médico tratante define cual realiza y explica al paciente sus beneficios y riesgos.

La quimioterapia consiste en la entrega de drogas por vía endovenosa o en comprimidos orales, que llegan a todo el organismo y ataca a las células tumorales en las metástasis si están presentes. La quimioterapia es aplicada en ciclos y puede durar varios meses. En general se entrega una mezcla de drogas.

La radioterapia consiste en destruir células cancerosas con rayos de alta energía. Esta radiación se entrega en unos equipos llamados aceleradores lineales, que irradian a distancia el tumor (si no es operable) o la zona operatoria (si hay ganglios comprometidos). Puede ser el tratamiento exclusivo (en pacientes paliativos que no se operan) o ser complementario a la cirugía, si se considera que posterior a ella existe un riesgo de presentar nuevamente la enfermedad.

La terapia dirigida consiste en entregar algunas drogas que atacan directamente a las células tumorales, según algunas proteínas presentes en su superficie. Es un tratamiento complementario a la quimioterapia.

La inmunoterapia consiste en drogas que refuerzan su sistema inmunológico y que permite que ataque a las células de melanoma.

Los tratamientos mencionados tienen efectos secundarios distintos entre ellos; a su vez algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante le explicará con mayor detalle estos efectos y como evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.

Los efectos secundarios de una cirugía son variables y no siempre ocurren; en ocasiones puede haber una infección de la herida operatoria.

La quimioterapia puede producir fatiga, náuseas y vómitos, dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.

La radioterapia puede producir irritación de la piel y a largo plazo edema de la zona o endurecimiento de la piel irradiada.

La inmunoterapia puede producir cansancio, erupciones en la piel, fiebre y molestias estomacales, que en general son transitorias.

Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Posteriormente a ello el médico citará al paciente cada cierta cantidad de tiempo para realizar los controles de seguimiento, en donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad. En el caso del melanoma, este seguimiento dura 5 años, aunque los primeros años es frecuente para luego ser más alejado en el tiempo (una vez al año). También deberá mantener de por vida en observación el resto de la piel por si aparecen nuevas lesiones sospechosas.

El melanoma no es una enfermedad cubierta por el GES.

En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio, en donde se realizará el diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento. El pago de las distintas prestaciones depende de tipo de cobertura FONASA que el paciente tenga (A, B, C o D)

En el caso de ser un paciente Isapre, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado, para recibir las prestaciones de diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento.  El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud o por el CAEC (seguro catastrófico), que debe ser activado por el paciente. Link a página de administración