Es un tipo de cáncer que se desarrolla en la sangre, particularmente desde los glóbulos blancos. Consiste en el crecimiento anormal y sin control de los leucocitos (o glóbulos blancos), desplazando por lo tanto a las células normales de la sangre. Estas células anormales se denominan blastos.
Hay muchos tipos de leucemia. En general, se clasifican según su velocidad de crecimiento (si es rápido, se llama aguda, si es lento, se denomina crónica) o por el tipo de célula comprometida (mieloide o linfocítica).
Las leucemias se pueden dividir en dos tipos principales:
La leucemia aguda es una urgencia oncológica, ya que puede provocar la muerte en caso de no ser tratada a tiempo. Sin embargo, con los tratamientos disponibles actualmente, en base a quimioterapia, radioterapia y trasplante de médula ósea, gran parte de los pacientes logran curarse de la enfermedad.
Los síntomas más frecuentes que pueden hacer sospechar de una leucemia son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, se debe acudir a un médico para que descarte una leucemia. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un linfoma.
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de una leucemia. Entre los principales están:
Lamentablemente, no hay una manera específica de evitar que una persona sufra de leucemia, excepto evitando la radiación de manera innecesaria.
No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para la leucemia.
Los síntomas más frecuentes que pueden hacer sospechar una leucemia son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte una leucemia.
En caso que el médico sospeche una leucemia, puede solicitar los siguientes exámenes, para determinar el tipo, el grado de compromiso y proponer un tratamiento:
En caso que el médico sospeche una leucemia, puede solicitar los siguientes exámenes para determinar el tipo, el grado de compromiso y proponer un tratamiento.
El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados), permiten determinar qué tipo de leucemia presenta el paciente.
Al tener el diagnóstico y tipo de leucemia, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas reunidos en el Comité Oncológico, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y podrá definir el pronóstico probable de él.
Existen varias formas para tratar una leucemia. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para la leucemia son: quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea, inmunoterapia y terapia dirigida.
En general, se entrega en tres fases por un tiempo de varios meses:
-La primera fase se llama inducción. Su objetivo es limpiar la sangre de todas las células leucémicas. Por lo general, recibe 3 ó más medicamentos de quimioterapia durante aproximadamente un mes y es posible que deba pasar parte de este tiempo en el hospital.
-La segunda fase se llama consolidación. Su objetivo es matar las células leucémicas sobrantes y evitar que la leucemia regrese. Este tratamiento a menudo se administra durante varios meses. A veces, puede incluir un trasplante de células madre.
-La tercera fase se llama mantención, el que se realiza para ayudar a evitar que la leucemia vuelva. Utiliza dosis más bajas de medicamentos de quimioterapia administrados durante aproximadamente 2 años.
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios distintos. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.
La leucemia es una patología considerada dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES. A ellas pueden acceder personas afiliadas a FONASA o ISAPRE de 15 años y más con sospecha, diagnóstico o reaparición de la leucemia aguda o crónica, desde la sospecha realizada por un/a profesional médico/a.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio: CESFAM, CECOF o Consultorio para sospecha y en Centro de Diagnóstico Terapéutico (CDT), Centro de Referencia de Salud (CRS) u Hospital para diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los costos asociados están cubiertos en un 100% en la red pública.
En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el Centro Médico Privado o Clínica Privada al que será derivado. Los afiliados a ISAPRE pagan el 20% de la prestación -según el arancel de referencia disponible en cada ISAPRE –. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.
Para los afiliados de FONASA o ISAPRE, GES cubre desde la sospecha, hasta el diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los tiempos de espera asociados a estas garantías son iguales tanto para FONASA como para ISAPRE, los cuales se describen a continuación:
Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso de la leucemia, este seguimiento dura 5 años, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.