Etapas del proceso

En general, el proceso de diagnóstico de cáncer infantil inicia con una serie de signos y síntomas en el niño, los que muchas veces se confunden con otras enfermedades porque son similares. En otras ocasiones se presenta de forma repentina.

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Cuando el médico indica que el niño tiene sospecha de algún cáncer, es importante realizar una serie de exámenes y procedimientos para confirmar o descartar el diagnóstico.

Es fundamental que el diagnóstico y tratamiento se realice en un centro especializado en el manejo del cáncer infantil, autorizado y reconocido tanto en la red pública como privada. El hospital o clínica debe contar con un equipo multidisciplinario que incluya hémato- oncólogos infantiles, enfermeras especialistas en oncología y técnicos paramédicos capacitados, quienes estarán a cargo y serán parte activa del proceso del niño.

El PINDA es el programa infantil de drogas antineoplásicas. Está a cargo de la detección, tratamiento, seguimiento y rehabilitación del cáncer infantil en el sistema de salud público. Cuenta con 11 centros especializados, distribuidos a lo largo del país. En el caso de prestadores privados, la institución a la cual acuda le indicará si cuenta con el equipo óptimo o deberá trasladarse a otro centro del país.

Es habitual que, una vez establecida la sospecha, deba trasladarse hasta el punto más cercano a su domicilio. En ocasiones, hay tipos de cáncer muy específicos para los cuales solo existe un centro de referencia nacional, ubicado generalmente en la Región Metropolitana.

 

Es muy probable que se deba viajar de forma sorpresiva y rápida, lo que es complejo de aceptar, sobre todo si hay más hijos de por medio. Las redes de apoyo son fundamentales en este proceso. Es importante buscar apoyo en su familia, seres queridos y amigos.

El niño deberá someterse a múltiples exámenes y procedimientos, los que pueden ser perturbadores y dolorosos. En algunos se les podrá poner anestesia para que duerme, pero en otro se requiere que colabore activamente. Cada examen es muy importante para establecer el diagnóstico y tratamiento a seguir. Es normal que el niño se sienta asustado, por lo que es fundamental intentar mantener la calma y acompañarlo.

Es habitual e importante para ver la evolución y realizar las pruebas necesarias en un ambiente seguro. Generalmente el niño ingresa a una unidad oncológica infantil, donde están los profesionales especialistas en el área.

En las unidades oncológicas encontrará a otros niños que están pasando por la enfermedad, sin embargo, puede ser abrumador ver esta realidad al momento del diagnóstico. Es importante buscar apoyo en el equipo de salud, ellos sabrán cómo guiarlos y adaptarse de a poco a la nueva rutina.

Es normal que el niño se sienta asustado e irritado. El apoyo que se le pueda brindar como padres será muy importante. Los tiempos de hospitalización varían dependiendo del tratamiento y tipo de cáncer, pero en un inicio puede ser desde un par de semanas hasta un mes.

El tratamiento será el siguiente paso después de conocer el diagnóstico. Una vez que se reúnan todos los antecedentes y detalles del tipo de cáncer de su hijo, el equipo multidisciplinario deberá planificar el tratamiento.

El tratamiento del cáncer infantil es complejo y multifactorial. El objetivo principal es erradicar la enfermedad. Sin embargo, existen una serie de aspectos que son parte del desarrollo del niño que se deben considerar para apoyar el proceso, tales como la nutrición, desarrollo psicomotor, mantener la funcionalidad y la masa muscular, mantener la sociabilización y escolaridad. Todo esto en la medida que se adapta a su nuevo entorno y realidad.

Existirá un gran equipo de profesionales especialistas en el área de oncología infantil a lo largo de todo el proceso, quienes  lo apoyarán en cada uno de los pilares del tratamiento, tanto a los padres como al niño.

En la medida que avance el tratamiento y pase la etapa más intensa, es habitual que se siga recibiendo el tratamiento en áreas de oncología ambulatorias, donde se podrá acudir diariamente desde su hogar.

Una vez terminado el tratamiento, el niño debe permanecer en seguimiento. Esto quiere decir que debe acudir cada cierto tiempo a realizarse pruebas y exámenes y tener controles de salud. En la medida que el tiempo avance y el tratamiento dé resultado, la frecuencia se espaciará.

Después de 5 años del término de tratamiento, si no hay signos de enfermedad, el niño se encontrará oficialmente de alta. La gran mayoría de los niños logra llegar a esta etapa y retomar sus actividades habituales. En esta etapa la satisfacción es plena.

Recuerda que en este camino nunca estarás solo, te estaremos acompañando como Fundación Care en cada paso que des tú y tu hijo. Revisa aquí nuestros servicios grátis y las maneras en las que te podemos ayudar.