Daniela Cabrera

Daniela Cabrera (33) estaba haciendo clases virtuales de Educación Física. Al terminar, se sintió más cansada de lo normal; se sorprendió porque siempre ha sido una mujer activa.
Daniela Cabrera (33) estaba haciendo clases virtuales de Educación Física. Al terminar, se sintió más cansada de lo normal; se sorprendió porque siempre ha sido una mujer activa.

Sobreviviente de Linfoma No Hodgkin.

#CONSEJOSCARE | En marzo de 2021, Daniela Cabrera (33) estaba haciendo clases virtuales de Educación Física. Al terminar, se sintió más cansada de lo normal; se sorprendió porque siempre ha sido una mujer activa. Luego de unos días, empezó con dolores de estómago y cuando comía algo lo vomitaba. Así inició un largo recorrido de horas médicas, diferentes exámenes e idas frecuentes a urgencias, ya que aumentaron sus síntomas: picazón en manos, pies y fiebre intermitente. En agosto, luego de un scanner, su doctora le confirmó lo que nunca pensó que sería: Linfoma No Hodgkin. “En ese momento no supe qué hacer, me asusté mucho y lo único que pensaba era en la Trini (su hija de 8 años), empecé a llorar, llamé a mi hermano y le dije que viniera al hospital”.

Desde ese momento, estuvo aproximadamente 2 meses hospitalizada, entre la biopsia, poner el catéter y el inicio de su quimioterapia. Daniela solo quería irse a su casa para estar con su hija, a quien no podía ver por la pandemia. Después de mucho insistir, el doctor le explicó en simples palabras que si dejaba el tratamiento, cualquier actividad física podría causarle un paro cardíaco. “En ese minuto se me quitaron las ganas de darme de alta y decidí tomar de otra forma mi enfermedad”.

Cruzar por el camino del cáncer no fue fácil, sintió que su vida estaba en una real montaña rusa: “A veces te sientes bien, otras mal o simplemente a veces no sabes cómo te sientes”. Y entonces mentalizó sus fuerzas y energías para seguir adelante, gracias a su hija, su hermano y su mamá, quienes estuvieron con ella en los momentos más duros. Uno de ellos, cuando tuvo que llevar su caso a tribunales porque se le negaba el trasplante de médula, debido a que la tasa de sobrevida era muy baja. “A pesar de todo, me sentí acompañada por mucha gente que me ayudó a salir adelante como mi familia, amigos, apoderados, alumnos e inclusive gente que nunca me había visto”.

En 2022, Daniela pudo hacerse su trasplante de médula gracias a su perseverancia y al apoyo de políticos. Hoy se siente empoderada, llena y con ganas de transmitir su historia a quien lo necesite. Nos deja un gran #ConsejosCare: “Crean en sí mismos, es lógico que muchas veces queramos tirar la toalla, Estuve ahí, lo viví y lo hice, pero hay que seguir con las ganas de vivir. Respeten su proceso y vivan un día a la vez. Busquen qué intención quieren darle a cada día y crean en ustedes para lograrlo”.

“¡Muchas gracias @dani.misganasleganan por tu lindo #ConsejosCare! 💙