Cáncer pulmonar

Si sientes temor por el diagnóstico o tratamiento que tu médico de cabecera te entregó en relación a tu cáncer y necesitas que un segundo experto te dé una opinión al respecto, entonces esta ayuda de Care te servirá.

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Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los pulmones. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos del pulmón, el que puede afectar localmente al órgano y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los pulmones. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos del pulmón, el que puede afectar localmente al órgano y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

El cáncer pulmonar produce síntomas como:

 

  • Tos.
  • Tos con sangre.
  • Dolor torácico.
  • Disnea (sensación de falta de aireo cansancio).
  • En algunos casos presenta síntomas secundarios a la presencia de metástasis al momento del diagnóstico (convulsiones, cefalea, dolor óseo, baja de peso).

En algunas personas se detecta como hallazgo en una radiografía o TAC de tórax realizados por otra causa, lo que permite detectar tumores pequeños y de mejor pronóstico. En general, si hay síntomas, el cáncer está más avanzado. 

El principal factor de riesgo para presentar un cáncer pulmonar es el tabaquismo. 

 

  • El 80% de los cánceres de pulmón se deben al tabaco.
  • Las personas que fuman tienen varias veces mayor riesgo de tener cáncer de pulmón que una que no fuma.
  • No existe ninguna forma de consumo de tabaco que evite este riesgo (consumo de pipa o cigarrillos “light”).
  • Mientras más cajetillas consuma una persona en un año, mayor el riesgo.
  • Si una persona fuma, el suspender el consumo disminuye su riesgo en forma progresiva, hasta parecerse al de una persona que no fuma después de algunos años.
  • Las personas que no fuman, pero que reciben el humo del cigarrillo al convivir con un fumador también tienen mayor riesgo.

Otros factores de riesgo para sufrir un cáncer de pulmón son:

  • La exposición al radón (un gas radioactivo). 
  • Exposición al asbesto (produce un tipo raro de cáncer pulmonar llamado mesotelioma maligno).
  • Exposición al arsénico (sobre todo en el agua potable).
  • Radioterapia previa en los pulmones por un cáncer en la niñez o juventud.
  • Contaminación ambiental (aunque es un riesgo mucho menor que el producido por el tabaco).
  • Antecedente personal de cáncer pulmonar.

La principal forma de evitar un cáncer pulmonar es evitar fumar. Si se vive con una persona fumadora, se debe fumar fuera de la casa para no exponer al resto de la familia al humo del cigarrillo.

 

En caso de que una persona fumadora desee dejar de consumir tabaco, el riesgo de presentar un cáncer pulmonar va disminuyendo en el tiempo hasta hacerse similar al de una persona que no fuma después de algunos años.

No existe un programa de detección precoz (screening, tamizaje) para el cáncer pulmonar. Está en investigación si, el realizar en forma periódica un TAC (tomografía axial computarizada) a las personas fumadoras para detectar lesiones iniciales, permite mejorar la sobrevida en esta enfermedad.

El cáncer pulmonar produce síntomas como:

  • Tos
  • Tos con sangre
  • Dolor torácico
  • Disnea (sensación de falta de aireo cansancio)
  • En algunos casos presenta síntomas secundarios a la presencia de metástasis al momento del diagnóstico (convulsiones, cefalea, dolor óseo, baja de peso)

En algunas personas se detecta como hallazgo en una radiografía o TAC de tórax realizados por otra causa, lo que permite detectar tumores pequeños y de mejor pronóstico. En general si hay síntomas el cáncer está más avanzado localmente. 

En caso de presentar alguno de estos síntomas o signos, su médico puede solicitar los siguientes exámenes:

  • Radiografía de tórax
  • TAC de tórax

 

En caso de encontrarse un tumor pulmonar en alguno de estos exámenes, se debe realizar una biopsia (obtener una muestra del tumor, ya sea del pulmón o de alguna metástasis en otro órgano), para confirmar un cáncer. Esta biopsia se puede obtener con un examen llamado broncoscopía, en la mayoría de los casos.

En caso de presentar alguno de estos síntomas o signos, el médico puede solicitar los siguientes exámenes:

 

  • Radiografía de tórax.
  • TAC de tórax.

En caso de encontrarse un tumor pulmonar en alguno de estos exámenes se debe realizar una biopsia (obtener una muestra del tumor, ya sea del pulmón o de alguna metástasis en otro órgano) para confirmar un cáncer. Esta biopsia se puede obtener con un examen llamado broncoscopía, en la mayoría de los casos.

Si la biopsia confirma que la persona tiene un cáncer pulmonar, se realizan algunos exámenes para definir si el tumor se ha diseminado a otros órganos, lo que se conoce como presencia de metástasis. Estos exámenes pueden ser:

 

  • TAC de tórax, abdomen y pelvis para definir el tamaño del tumor, compromiso de ganglios cercanos o metástasis en otros órganos.
  • PET CT: es un examen que permite detectar metástasis en cualquier parte del cuerpo, usando glucosa radioactiva.
  • Cintigrama óseo para detectar metástasis en los huesos.
  • TAC o Resonancia Nuclear Magnética de cerebro para detectar metástasis en dicho órgano.
  • Marcadores tumorales en la biopsia para definir el tipo de cáncer de pulmón.
  • Exámenes de sangre como hemograma o perfil bioquímico.

La realización de estos exámenes complementarios permiten definir la etapa en que se encuentra el cáncer, en un proceso denominado Etapificación. Según el resultado de estos exámenes, más la medición de tamaño del tumor y la presencia a o no de ganglios regionales, el paciente es clasificado en las distintas etapas de su enfermedad, las que van desde la I (tumor pequeño sin compromiso de ganglios), hasta la etapa IV (donde se ha encontrado metástasis en algún órgano distinto al pulmón).

 

El médico, en conjunto con otros especialistas, definirán el tratamiento más adecuado según la etapa del cáncer en que se encuentre la persona. Esta definición se realiza en una reunión denominada Comité Oncológico.

Existen varias formas para tratar un cáncer pulmonar. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.

 

Los tratamientos más importantes para el cáncer pulmonar son: cirugía,  radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida.

 

  1. Cirugía: se utiliza en pacientes con tumores iniciales. En general es poco frecuente encontrar tumores de este tamaño, dado que raramente tienen síntomas. Estos pacientes tienen las mejores opciones de curación.

 

  1. Radioterapia: consiste en destruir células cancerosas con rayos de alta energía. Esta radiación se entrega en unos equipos llamados aceleradores lineales, los que irradian a distancia el tumor pulmonar. En tumores muy pequeños puede reemplazar a la cirugía, con un tratamiento llamado radiocirugía. En tumores de mayor tamaño o con compromiso de los ganglios del tórax, se usa en conjunto con quimioterapia como opción curativa. También existe otra forma de entregar directamente la radiación a la zona de riesgo, conocida como braquiterapia, la que se usa para casos avanzados para aliviar algunos síntomas. 

 

  1. Quimioterapia: consiste en la entrega de drogas por vía endovenosa o en comprimidos orales, las que llegan a todo el organismo y ataca a las células tumorales del tumor pulmonar o en las metástasis, si están presentes. La quimioterapia es aplicada en ciclos y puede durar varios meses. En general se entrega una mezcla de drogas. Se puede administrar previo a la cirugía para disminuir el tamaño del tumor (preoperatoria o neoadyuvante), después de la cirugía para evitar que el cáncer regrese o RT (postoperatoria o adyuvante) y para tratar metástasis (paliativa).

 

4.Inmunoterapia: consiste en medicamentos que fortalecen el sistema inmune del organismo y que hace que ataque a las células tumorales. Hay algunos tipos de cáncer de pulmón que se benefician de esta terapia.

 

  1. Terapias dirigidas: consisten en medicamentos específicos que atacan a la célula cancerosa a través de ciertas proteínas que se encuentran en su superficie.

Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios entre ellos. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicado) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento).

 

  1. Cirugía: Los efectos secundarios de una cirugía, en general, son pocos. Eventualmente, puede haber complicaciones postoperatorias como infecciones o hematomas. Según la extensión de la resección pulmonar, puede haber disminución de la función pulmonar y la capacidad física del paciente. 

 

  1. Radioterapia: puede producir enrojecimiento de la piel y algunas heridas al finalizar las sesiones, las que se recuperan rápidamente con curaciones. También puede haber náuseas o dificultad para tragar.  Es frecuente presentar cansancio y exceso de sueño durante el tratamiento. 

 

  1. Quimioterapia: puede producir caída del pelo, fatiga, náuseas y vómitos, dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.

El cáncer pulmonar es una enfermedad cubierta por el GES. Esto significa que, una vez existe la sospecha diagnóstica, su médico tratante debe notificar al paciente de este beneficio.

En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio, donde se realizará el diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento.

Gracias a la última actualización de copago 0, de aquello que sí cubre el GES ahora tendrán cobertura en el 100% de sus costos en todas sus atenciones en el sistema público de salud: AUGE/GES, urgencias que requieren hospitalización, medicamentos, prótesis, tratamientos odontológicos y de salud mental, programas especiales (cirugía bariátrica, fertilización in vitro), entre otros. Con esta medida, las personas ya no tendrán que pagar copago del 10% (en el caso del tramo C), ni del 20% (en el caso del tramo D) de las prestaciones recibidas.  Al igual que los tramos A y B, las atenciones serán gratuitas en consultorios, hospitales, entre otros.

  • Si eres Fonasa tramo A , B, C o D: tendrás copago 0 por las atenciones recibidas. Es decir, cobertura del 100 % de los costos en aquello que está incluido en la canasta GES.

En el caso de ser un paciente Isapre, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado para recibir las prestaciones de diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento. También se debe realizar un copago parcial de la mayoría de estos exámenes y tratamientos. Si alguna prestación no está incorporada a las autorizadas por el GES, el paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud o por el CAEC (seguro catastrófico), el que debe ser activado por el paciente. Ir a tipos de coberturas 

Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.

 

En el caso del cáncer de pulmón, este seguimiento puede durar hasta 5 años, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año. Cada año posterior al tratamiento se debe realizar un TAC de tórax para detectar nuevas lesiones, más otros a criterio de su médico.