Cáncer de esófago

¿Qué es el cáncer de esófago?

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en el esófago

 

 

Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos del esófago, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

Cómo se diagnostica

-Signos y síntomas de alarma

 

En general este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:

 

  • Dolor torácico o abdominal.
  • Baja de peso en casos avanzados.
  • Hemorragia digestiva alta.
  • Disfonía (ronquera).
  • Dificultad para tragar (disfagia).
  • Presencia de ganglios en el cuell.o 
  • Vómitos.

 

En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, se debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de esófago. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha.

Factores de riesgo

Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de esófago.  Entre los principales están:

 

  • Tabaquismo 
  • Consumo de alcohol
  • Envejecimiento
  • Reflujo gastro-esofágico
  • Esófago de Barrett
  • Obesidad
  • Acalasia esofágica
  • Lesiones del esófago (por ingestión de cáusticos)

Prevención

Se  puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer de esófago si se evitan los factores de riesgo ya mencionados:

 

  • Consumo de tabaco
  • Consumo de alcohol
  • Obesidad
  • Tratamiento adecuado del reflujo gastro-esofágico

Exámenes de detección precoz

No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para el cáncer de esófago.

Exámenes si hay sospecha de este cáncer

El cáncer de esófago produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.

 

En caso que su médico sospeche un cáncer de esófago, puede solicitar los siguientes exámenes: 

 

  • Radiografía con bario, para ver alguna obstrucción del esófago.
  • Endoscopía digestiva alta, para detectar un tumor del esófago y tomar biopsia si se encuentra.
  • Biopsia, en donde se extrae una muestra del tumor.
  • Ecografía cervical, para buscar ganglios en el cuello.
  • Tomografía computarizada (TAC) de cabeza y cuello, tórax y abdomen, para evaluar la presencia de un tumor en alguna estructura y si ha invadido órganos vecinos, así como la presencia de metástasis pulmonares o hepáticas.
  • Resonancia magnética de tórax y/o abdomen, el que permite definir con exactitud el tamaño y forma del tumor.
  • Endosonografía esofágica, el que permite caracterizar el tumor e identificar metástasis en los ganglios cercanos.
  • PET-CT para detectar lesiones en cualquier parte del cuerpo.

¿Cómo sospecho un cáncer de esófago?

Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un cáncer de esófago son:

  •  Dolor torácico o abdominal
  • Baja de peso en casos avanzados
  • Hemorragia digestiva alta
  • Disfonía (ronquera)
  • Dificultad para tragar (disfagia)
  • Presencia de ganglios en el cuello 

 

En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de esófago.

Saber qué tan avanzado y grave es el cáncer que tengo

El cáncer de esófago produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.

 

En caso que su médico sospeche un cáncer de esófago, puede solicitar los siguientes exámenes: 

 

  • Radiografía con bario, para ver alguna obstrucción del esófago.
  • Endoscopía digestiva alta, para detectar un tumor del esófago y tomar biopsia si se encuentra.
  • Biopsia, en donde se extrae una muestra del tumor.
  • Ecografía cervical, para buscar ganglios en el cuello.
  • Tomografía computarizada (TAC) de cabeza y cuello, tórax y abdomen, para evaluar la presencia de un tumor en alguna estructura y si ha invadido órganos vecinos, así como la presencia de metástasis pulmonares o hepáticas.
  • Resonancia magnética de tórax y/o abdomen, el que permite definir con exactitud el tamaño y forma del tumor.
  • Endosonografía esofágica, el que permite caracterizar el tumor e identificar metástasis en los ganglios cercanos.
  • PET-CT para detectar lesiones en cualquier parte del cuerpo.

 

El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados), permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Esto según: el tamaño del tumor y compromiso de estructuras vecinas, la presencia de ganglios comprometidos y otros órganos con metástasis. Con toda esa información, el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III o IV), donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico.

 

Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas, definirán el mejor tratamiento específico y pronóstico probable. Esta reunión se conoce como Comité Oncológico.

Tipos de tratamientos

Existen varias formas para tratar un cáncer de esófago. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.

 

Los tratamientos más importantes para el cáncer de esófago son: cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia.

 

  1. Cirugía: corresponde a la extracción completa o parcial del esófago y los ganglios cercanos al órgano. Hay varias formas de realizar esta cirugía, el médico tratante define cuál realizar y le explica al paciente sus beneficios y riesgos. Es una gran cirugía, la que requiere habitualmente cuidados intensivos en los días posteriores.

 

  1. Radioterapia: consiste en destruir células cancerosas con rayos de alta energía. Esta radiación se entrega en unos equipos llamados aceleradores lineales, los que irradian a distancia el esófago y los ganglios cercanos. Puede ser: tratamiento exclusivo (en pacientes que no se operan) o previo a la cirugía. En este último será en combinación con quimioterapia para disminuir el tamaño tumoral y tener mejor resultado. También se usa para paliar síntomas en casos incurables.

 

  1. Quimioterapia: consiste en la entrega de drogas por vía endovenosa o en comprimidos orales, los que llegan a todo el organismo y atacan a las células tumorales del tumor o en las metástasis, si están presentes. La quimioterapia es aplicada en ciclos y puede durar varios meses. En general se entrega una mezcla de drogas. 

 

En caso de un cáncer de esófago avanzado, es frecuente recibir quimioterapia al inicio del tratamiento para disminuir el tamaño del tumor y así tener mejor resultado en una cirugía posterior. En pacientes ya operados, el Comité Oncológico decidirá si entregar quimioterapia posterior a ella, dependiendo del resultado de la biopsia quirúrgica.

 

  1. Inmunoterapia: consiste en drogas que refuerzan su sistema inmunológico y que permite que ataque a las células tumorales.

Efectos secundarios de los tratamientos

Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.

 

  1. Cirugía: los efectos secundarios son variables y no siempre ocurren. En general los pacientes presentan dificultad para comer o hablar, así como dificultad para subir de peso. 

 

  1. Radioterapia: mientras se aplica puede producir síntomas como: dolor, irritación de piel y mucosas, dificultad para tragar y fatiga. Es habitual que los pacientes con radioterapia deban alimentarse por sondas (a través de la nariz o gastrostomía).

 

  1. Quimioterapia: puede producir fatiga, náuseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.

Tipos de coberturas

El cáncer de esófago no es una enfermedad cubierta por el GES. 

 

En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponda según su domicilio, donde se realizará el diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento. El pago de las distintas prestaciones depende del tipo de cobertura FONASA que se tenga (A, B, C o D).

 

En el caso de ser un paciente Isapre, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado para recibir las prestaciones de diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento.  El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud o por el CAEC (seguro catastrófico), el que debe ser activado por el paciente. Link a página de administración

Después del cáncer

Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad. 

 

En el caso del cáncer de esófago, este seguimiento dura 5 años, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.