Es el tipo de cáncer que se desarrolla en el esófago
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos del esófago, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Es el tipo de cáncer que se desarrolla en el esófago
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos del esófago, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
-Signos y síntomas de alarma
En general este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, se debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de esófago. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha.
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de esófago. Entre los principales están:
Se puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer de esófago si se evitan los factores de riesgo ya mencionados:
No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para el cáncer de esófago.
El cáncer de esófago produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un cáncer de esófago, puede solicitar los siguientes exámenes:
Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un cáncer de esófago son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de esófago.
El cáncer de esófago produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un cáncer de esófago, puede solicitar los siguientes exámenes:
El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados), permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Esto según: el tamaño del tumor y compromiso de estructuras vecinas, la presencia de ganglios comprometidos y otros órganos con metástasis. Con toda esa información, el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III o IV), donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico.
Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas, definirán el mejor tratamiento específico y pronóstico probable. Esta reunión se conoce como Comité Oncológico.
Existen varias formas para tratar un cáncer de esófago. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para el cáncer de esófago son: cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia.
En caso de un cáncer de esófago avanzado, es frecuente recibir quimioterapia al inicio del tratamiento para disminuir el tamaño del tumor y así tener mejor resultado en una cirugía posterior. En pacientes ya operados, el Comité Oncológico decidirá si entregar quimioterapia posterior a ella, dependiendo del resultado de la biopsia quirúrgica.
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.
El cáncer de esófago no es una enfermedad cubierta por el GES.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponda según su domicilio, donde se realizará el diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento. El pago de las distintas prestaciones depende del tipo de cobertura FONASA que se tenga (A, B, C o D).
En el caso de ser un paciente Isapre, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado para recibir las prestaciones de diagnóstico, etapificación, tratamiento y seguimiento. El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud o por el CAEC (seguro catastrófico), el que debe ser activado por el paciente. Link a página de administración
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso del cáncer de esófago, este seguimiento dura 5 años, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.