Es el tipo de cáncer que se desarrolla en la glándula tiroides.
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la tiroides, el que puede afectar localmente al órgano y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo, como hueso o pulmones.
Es el tipo de cáncer que se desarrolla en la glándula tiroides.
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la tiroides, el que puede afectar localmente al órgano y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo, como hueso o pulmones.
Hay cuatro tipos principales de cáncer de tiroides:
Cáncer anaplásico: es un tipo poco común de cáncer de tiroides. A menudo se propaga rápidamente en el cuello y a otras partes del cuerpo. Es muy difícil de tratar.
En general, este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas, tales como:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, se debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de tiroides. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un cáncer de tiroides.
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de tiroides. Entre los principales son:
Se puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer de tiroides si se evitan algunos de los factores de riesgo mencionados:
No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para cáncer de tiroides.
Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un cáncer de tiroides son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un cáncer de tiroides.
En caso que el médico sospeche un cáncer de tiroides, puede solicitar los siguientes exámenes:
El cáncer de tiroides produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos. En algunas ocasiones se detecta como hallazgo en un examen como TAC o ecografía solicitado por otras razones.
En caso que el médico sospeche un cáncer de tiroides, puede solicitar los siguientes exámenes:
El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados), permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Según el tamaño del tumor y compromiso de la tiroides y órganos vecinos, la presencia de ganglios comprometidos y otros órganos con metástasis; el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III ó IV, donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico).
Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas en el Comité Oncológico, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y podrá definir el pronóstico probable de él.
Existen varias formas para tratar un cáncer de tiroides. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para el cáncer de tiroides son: cirugía, yodoterapia, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida.
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.
2. Quimioterapia: puede producir fatiga, náuseas y vómitos, dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.
El cáncer de tiroides es una patología considerada dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES. A ellas pueden acceder personas afiliadas a FONASA o ISAPRE de 15 años y más con diagnóstico o reaparición de cáncer a la tiroides, desde la confirmación diagnóstica realizada por un/a profesional médico/a.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio: en Centro de Diagnóstico Terapéutico (CDT) / Centro de Referencia de Salud (CRS), Hospital. Los costos asociados están cubiertos en un 100% en la red pública.
En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el Centro Médico Privado o Clínica Privada al que será derivado. Los afiliados a ISAPRE pagan el 20% de la prestación -según el arancel de referencia disponible en cada ISAPRE –. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.
Para los afiliados de FONASA o ISAPRE, GES cubre el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y rehabilitación. Los tiempos de espera asociados a estas garantías son iguales tanto para FONASA como para ISAPRE, los cuales se describen a continuación:
Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso del cáncer de tiroides, este seguimiento dura 5 años, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.