Es el tipo de cáncer que se desarrolla en las glándulas mamarias de la mujer y, en algunos casos excepcionales, en hombres.
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la mama, las que pueden afectar localmente al órgano y, en etapas avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Es el tipo de cáncer que se desarrolla en las glándulas mamarias de la mujer y, en algunos casos excepcionales, en hombres.
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la mama, las que pueden afectar localmente al órgano y, en etapas avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Algunos síntomas son:
-Enrojecimiento de la piel.
– Retracción del pezón.
– Sangramiento por el pezón o una úlcera en la mama.
– Con menos frecuencia aparecen tumores en zonas cercanas a la mama, tales como axila o el espacio sobre la clavícula, los que pueden corresponder a ganglios comprometidos.
– Con mucho menor frecuencia se diagnostica un cáncer de mama por aparición de metástasis en otros órganos, como hueso, cerebro, hígado o pulmón, entre otros.
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de mama. Entre los principales están:
Alguno de los factores de riesgo para tener un cáncer de mama están asociados a estilos de vida y hábitos. Las recomendaciones para evitar sufrir este cáncer son:
Otras recomendaciones no asociadas a estilos de vida y hábitos son:
En mujeres con alto riesgo de cáncer de mama por antecedentes familiares o genéticos, se recomienda:
La detección oportuna de un cáncer de mama es la que se realiza antes de que la persona tenga síntomas de la enfermedad. Mientras más pequeño y menos avanzado se detecte un cáncer de mama, mejor es su pronóstico y menos agresivo el tratamiento oncológico.
En Chile, las mujeres entre 50 y 69 años pueden hacerse una mamografía gratuita y sin orden médica cada 2 años, la cual está cubierta para cualquier persona independiente por su seguro de salud. El beneficio de realizarse la mamografía entre los 40 y 49 años existe, aunque con menos evidencia científica de beneficios comparado que las mujeres mayores a 50 años.
Hay dos formas principales en que una persona puede sospechar un cáncer de mama.
Una primera forma consiste en notar un nódulo (tumor, poroto, masa) en la mama, axila o sobre la clavícula. Otra forma es realizarse la mamografía y que esta muestre una lesión sospechosa.
En ambos casos, la persona debe consultar a un médico, el cual le realizará una entrevista y examen físico. Posteriormente, el médico puede solicitar nuevos exámenes para descartar un cáncer de mama. Dentro de los exámenes complementarios que se pueden solicitar están las magnificaciones mamarias, la ecografía mamaria y la resonancia nuclear magnética de mama. Si estos exámenes confirman una sospecha de cáncer de mama, se debe obtener una muestra del tumor, procedimiento llamado biopsia.
Existen varios tipos de biopsia de mama. Su médico definirá la mejor alternativa para Ud. Esta biopsia en general corresponde a la punción con una aguja del nódulo o tumor, pero en ciertas ocasiones puede realizarse con una cirugía para extraer el tumor.
Hay dos formas principales en que una persona puede sospechar un cáncer de mama:
-Una primera forma consiste en notar un nódulo (tumor, poroto, masa) en la mama, axila o sobre la clavícula; el cual puede ser un tumor producido por el crecimiento anormal de las células del órgano.
-Otra forma, es realizarse la mamografía y que ésta muestre una lesión sospechosa.
En ambos casos, la persona debe consultar a un médico, el cual le realizará una entrevista y examen físico. Posteriormente, el médico puede solicitar nuevos exámenes para descartar un cáncer de mama. Dentro de los exámenes complementarios que se pueden solicitar están:
Si estos exámenes confirman una sospecha de cáncer de mama, se debe obtener una muestra del tumor, procedimiento llamado biopsia.
Existen varios tipos de biopsia de mama. El médico definirá la mejor alternativa. En general se utiliza el tipo de punción con una aguja del nódulo o tumor, pero en ciertas ocasiones puede realizarse con una cirugía para extraer el tumor.
Si la biopsia confirma que la persona tiene un cáncer de mama, se realizan algunos exámenes para definir si el tumor se ha diseminado a otros órganos, lo que se conoce como presencia de “metástasis”.
Cuando el tumor es pequeño, no se necesita realizar estos exámenes, pues el riesgo de metástasis es bajo. En otros casos, con tumores grandes o presencia de ganglios sospechosos en la axila o cuando el tumor invade la piel de la mama, se deben realizar exámenes como:
La realización de estos exámenes complementarios permiten definir la etapa en que se encuentra el cáncer, en un proceso denominado etapificación.
Según el resultado de estos exámenes, más la medición de tamaño del tumor y la presencia o no de ganglios regionales, el paciente es clasificado en las distintas etapas de su enfermedad. La etapas van desde la I (tumor pequeño sin compromiso de ganglios), hasta la etapa IV (donde se ha encontrado metástasis en algún órgano distinto a la mama).
Otro factor que se analiza para determinar la gravedad de la enfermedad y su tratamiento, es la determinación de la presencia en las células tumorales de ciertas proteínas denominadas receptores hormonales (estrógeno y progesterona) y otra denominada HER2. La presencia o ausencia de estas proteínas, permiten definir el pronóstico y tratamiento para el paciente.
El médico, en conjunto con otros especialistas, definirá el tratamiento más adecuado según la etapa del cáncer en que se encuentre la persona. Esta definición se realiza en una reunión llamada Comité Oncológico.
Existen varias formas para tratar un cáncer de mama. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para el cáncer de mama son: cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia y terapia dirigida.
Se puede administrar:
-Previo a la cirugía, para disminuir el tamaño del tumor (preoperatoria o neoadyuvante).
-Después de la cirugía o RT (postoperatoria o adyuvante), para evitar que el cáncer regrese y para tratar metástasis (paliativa).
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicado) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento).
3. Quimioterapia: puede producir caída del pelo, fatiga, náuseas y vómitos, dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.
El cáncer de mama es una patología considerada dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES. A ellas pueden acceder personas afiliadas a FONASA o ISAPRE de 15 años y más con sospecha, diagnóstico o reaparición de cáncer de mama, desde la sospecha realizada por un/a profesional médico/a.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio: CESFAM, CECOF o Consultorio para sospecha y en Centro de Diagnóstico Terapéutico (CDT), Centro de Referencia de Salud (CRS) u Hospital para diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los costos asociados están cubiertos en un 100% en la red pública.
En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el Centro Médico Privado o Clínica Privada al que será derivado. Los afiliados a ISAPRE pagan el 20% de la prestación -según el arancel de referencia disponible en cada ISAPRE –. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.
Para los afiliados de FONASA o ISAPRE, GES cubre desde la sospecha, hasta el diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los tiempos de espera asociados a estas garantías son iguales tanto para FONASA como para ISAPRE, los cuales se describen a continuación:
Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso del cáncer de mama, este seguimiento puede durar de por vida, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año. Cada año posterior al tratamiento se debe realizar una mamografía para detectar lesiones en la mama tratada o en la otra, pues existe un mayor riesgo de tener un segundo cáncer.