Cáncer de mama

Si sientes temor por el diagnóstico o tratamiento que tu médico de cabecera te entregó en relación a tu cáncer y necesitas que un segundo experto te dé una opinión al respecto, entonces esta ayuda de Care te servirá.

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Es el tipo de cáncer que se desarrolla en las glándulas mamarias de la mujer y, en algunos casos excepcionales, en hombres. 

 

Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la mama, las que pueden afectar localmente al órgano y, en etapas avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo. 

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en las glándulas mamarias de la mujer y, en algunos casos excepcionales, en hombres. 

 

Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de la mama, las que pueden afectar localmente al órgano y, en etapas avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo. 

Algunos síntomas son: 

 

-Enrojecimiento de la piel.

– Retracción del pezón.

– Sangramiento por el pezón o una úlcera en la mama. 

– Con menos frecuencia aparecen tumores en zonas cercanas a la mama, tales como axila o el espacio sobre la clavícula, los que pueden corresponder a ganglios comprometidos. 

– Con mucho menor frecuencia se diagnostica un cáncer de mama por aparición de metástasis en otros órganos, como hueso, cerebro, hígado o pulmón, entre otros.

Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de mama. Entre los principales están:

 

  • Ser mujer.
  • Envejecimiento.
  • Riesgo genético (5 a 10% de los casos están asociados a mutaciones específicas como BRCA1-2, ATM, p53, CHECK2, entre varios otros genes más).
  • Antecedentes familiares de cáncer mamario (familiares directos como madre, hermana, hija. Mientras más familiares con la enfermedad, mayor riesgo). Cerca del 15% de las pacientes con cáncer de mama presentan este riesgo.
  • Antecedente personal de cáncer de mama.
  • Personas de raza blanca tienen mayor probabilidad de padecer cáncer de mama, aunque las mujeres de raza negra tienen mayor riesgo de mortalidad y presentarlo a edades más tempranas.
  • Mujeres con menarquia (primera menstruación) antes de los 12 años o menopausia (última menstruación), después de los 55 años.
  • Tratamiento de radioterapia en el tórax en la niñez o juventud (por ejemplo, a causa de un linfoma u otro cáncer).
  • Consumo de alcohol: en personas que consumen una vez al día, el riesgo puede ser de hasta un 10% mayor, mientras que con 2 ó 3 bebidas diarias puede llegar a aumentar en un 30%. No existe una cantidad segura de consumo de alcohol que evite este riesgo.
  • Sobrepeso u obesidad después de la menopausia.
  • Inactividad física.
  • Mujeres que no han tenido hijos o que los tuvieron después de los 30 años, aumenta levemente el riesgo.
  • No dar lactancia, aunque no se ha determinado cuánto es el período de duración de ella para un efecto protector.
  • Métodos anticonceptivos en base a hormonas aumentarían ligeramente el riesgo.
  • Terapia hormonal de reemplazo post menopausia, aumentaría el riesgo luego de su cuarto año de uso.

Alguno de los factores de riesgo para tener un cáncer de mama están asociados a estilos de vida y hábitos. Las recomendaciones para evitar sufrir este cáncer son:

  • Evitar el sobrepeso y la inactividad física.
  • Evitar el consumo de alcohol.

              Otras recomendaciones no asociadas a estilos de vida y hábitos son:

 

  • Entregar lactancia.
  • Evaluar con el médico medidas no farmacológicas para los síntomas de la menopausia.

En mujeres con alto riesgo de cáncer de mama por antecedentes familiares o genéticos, se recomienda:

 

  • Asesoramiento y pruebas genéticas para determinar el riesgo de cáncer de mama (si aún no se han hecho).
  • Observación minuciosa para buscar signos tempranos de cáncer de seno (con visitas semestrales o anuales a su médico, mamografía anual desde edades tempranas u otros exámenes como resonancia magnética mamaria).
  • Medicamentos para reducir el riesgo de cáncer de seno, tales como tamoxifeno o inhibidores de aromatasa, los que deben ser recetados por su médico.
  • Mastectomía preventiva (profiláctica).

La detección oportuna de un cáncer de mama es la que se realiza antes de que la persona tenga síntomas de la enfermedad. Mientras más pequeño y menos avanzado se detecte un cáncer de mama, mejor es su pronóstico y menos agresivo el tratamiento oncológico.

En Chile, las mujeres entre 50 y 69 años pueden hacerse una mamografía gratuita y sin orden médica cada 2 años, la cual está cubierta para cualquier persona independiente por su seguro de salud. El beneficio de realizarse la mamografía entre los 40 y 49 años existe, aunque con menos evidencia científica de beneficios comparado que las mujeres mayores a 50 años.

Hay dos formas principales en que una persona puede sospechar un cáncer de mama.

Una primera forma consiste en notar un nódulo (tumor, poroto, masa) en la mama, axila o sobre la clavícula. Otra forma es realizarse la mamografía y que esta muestre una lesión sospechosa.

En ambos casos, la persona debe consultar a un médico, el cual le realizará una entrevista y examen físico. Posteriormente, el médico puede solicitar nuevos exámenes para descartar un cáncer de mama. Dentro de los exámenes complementarios que se pueden solicitar están las magnificaciones mamarias, la ecografía mamaria y la resonancia nuclear magnética de mama. Si estos exámenes confirman una sospecha de cáncer de mama, se debe obtener una muestra del tumor, procedimiento llamado biopsia. 

Existen varios tipos de biopsia de mama. Su médico definirá la mejor alternativa para Ud. Esta biopsia en general corresponde a la punción con una aguja del nódulo o tumor, pero en ciertas ocasiones puede realizarse con una cirugía para extraer el tumor.

Hay dos formas principales en que una persona puede sospechar un cáncer de mama:

 

-Una primera forma consiste en notar un nódulo (tumor, poroto, masa) en la mama, axila o sobre la clavícula; el cual puede ser un tumor producido por el crecimiento anormal de las células del órgano. 

-Otra forma, es realizarse la mamografía y que ésta muestre una lesión sospechosa.

 

En ambos casos, la persona debe consultar a un médico, el cual le realizará una entrevista y examen físico. Posteriormente, el médico puede solicitar nuevos exámenes para descartar un cáncer de mama. Dentro de los exámenes complementarios que se pueden solicitar están:

 

  • Magnificaciones mamarias.
  •  Ecografía mamaria.
  • Resonancia nuclear magnética de mama.

 

 Si estos exámenes confirman una sospecha de cáncer de mama, se debe obtener una muestra del tumor, procedimiento llamado biopsia. 

 

Existen varios tipos de biopsia de mama. El médico definirá la mejor alternativa. En general se utiliza el tipo de punción con una aguja del nódulo o tumor, pero en ciertas ocasiones puede realizarse con una cirugía para extraer el tumor.

Si la biopsia confirma que la persona tiene un cáncer de mama, se realizan algunos exámenes para definir si el tumor se ha diseminado a otros órganos, lo que se conoce como presencia de “metástasis”.

 

Cuando el tumor es pequeño, no se necesita realizar estos exámenes, pues el riesgo de metástasis es bajo. En otros casos, con tumores grandes o presencia de ganglios sospechosos en la axila o cuando el tumor invade la piel de la mama, se deben realizar exámenes como:

 

  • Cintigrama óseo (para detectar metástasis en los huesos).
  •  TAC (o “scanner”) de tórax, abdomen y pelvis, para detectar metástasis en pulmones, hígado y otros órganos.
  •  En casos seleccionados: PET-CT, para detectar metástasis en cualquier parte del cuerpo.

 

La realización de estos exámenes complementarios permiten definir la etapa en que se encuentra el cáncer, en un proceso denominado etapificación. 

 

Según el resultado de estos exámenes, más la medición de tamaño del tumor y la presencia o no de ganglios regionales, el paciente es clasificado en las distintas etapas de su enfermedad. La etapas van desde la I (tumor pequeño sin compromiso de ganglios), hasta la etapa IV (donde se ha encontrado metástasis en algún órgano distinto a la mama).

 

Otro factor que se analiza para determinar la gravedad de la enfermedad y su tratamiento, es la determinación de la presencia en las células tumorales de ciertas proteínas denominadas receptores hormonales (estrógeno y progesterona) y otra denominada HER2. La presencia o ausencia de estas proteínas, permiten definir el pronóstico y tratamiento para el paciente. 

 

El médico, en conjunto con otros especialistas, definirá el tratamiento más adecuado según la etapa del cáncer en que se encuentre la persona. Esta definición se realiza en una reunión llamada Comité Oncológico.

Existen varias formas para tratar un cáncer de mama. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.

 

Los tratamientos más importantes para el cáncer de mama son: cirugía,  radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia y terapia dirigida.

 

  1. Cirugía: se realiza en la mayoría de los casos. Según el tamaño del tumor, su relación con el tamaño de la mama y la opinión del paciente, se puede hacer una tumorectomía (o mastectomía parcial), una mastectomía total y la extracción de los ganglios de la axila (disección axilar). Al mismo tiempo, la paciente puede optar a una reconstrucción de la mama al momento de la primera cirugía o en una ocasión posterior. 

 

  1. Radioterapia: consiste en destruir células cancerosas con rayos de alta energía. Esta radiación se entrega en unos equipos llamados aceleradores lineales, los que irradian a distancia el tejido mamario que queda posterior a la cirugía y los ganglios de la axila y zona sobre la clavícula, según los distintos factores de riesgo y lo que defina su médico. También existe otra forma de entregar directamente la radiación a la zona de riesgo, conocida como braquiterapia.

 

  1. Quimioterapia: consiste en la entrega de drogas por vía endovenosa o en comprimidos orales, los que llegan a todo el organismo y ataca a las células tumorales en la mama o en las metástasis, si están presentes. La quimioterapia es aplicada en ciclos y puede durar varios meses. En general se entrega una mezcla de drogas. 

 

Se puede administrar:

 

 -Previo a la cirugía, para disminuir el tamaño del tumor (preoperatoria o neoadyuvante).

-Después de la cirugía o RT (postoperatoria o adyuvante), para evitar que el cáncer regrese y para tratar metástasis (paliativa).

 

  1. Hormonoterapia: consiste en bloquear el efecto de los estrógenos, los que en los cánceres de mama con receptores hormonales positivos pueden estimular su crecimiento. Los usados más frecuentemente son el tamoxifeno y, si la paciente es postmenopaúsica, los inhibidores de aromatasa. En general son tratamientos de uso oral y se usan por 5 ó 10 años después de la cirugía.

 

  1. Terapias dirigidas: consisten en medicamentos específicos que atacan a la célula cancerosa a través de ciertas proteínas que se encuentran en su superficie. La droga más usada en cáncer de mama de este tipo es el trastuzumab, cuando son de tipo HER2 positivo.

Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicado) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento).

 

  1. Cirugía: los efectos secundarios de una cirugía parcial de mama en general son pocos, eventualmente puede haber complicaciones postoperatorias como infecciones o hematomas. Lo mismo puede ocurrir para la mastectomía total. A largo plazo puede observarse un efecto cosmético (por la cicatrización o disminución del tamaño de la mama). Cuando se realiza una extirpación de los ganglios axilares, puede aparecer edema o hinchazón del brazo, sobre todo en caso de recibir radioterapia en esa zona. 

 

  1. Radioterapia: puede producir enrojecimiento de la mama y algunas heridas al finalizar las sesiones, las que se recuperan rápidamente con curaciones. Es frecuente presentar cansancio y exceso de sueño durante el tratamiento. A largo plazo puede generar endurecimiento y oscurecimiento de la piel.

3. Quimioterapia: puede producir caída del pelo, fatiga, náuseas y vómitos, dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores.

El cáncer de mama es una patología considerada dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES. A ellas pueden acceder personas afiliadas a FONASA o ISAPRE de 15 años y más con sospecha, diagnóstico o reaparición de cáncer de mama, desde la sospecha realizada por un/a profesional médico/a.

En el caso de estar afiliado a FONASA, el paciente será derivado al centro de salud que le corresponde según su domicilio: CESFAM, CECOF o Consultorio para sospecha y en Centro de Diagnóstico Terapéutico (CDT), Centro de Referencia de Salud (CRS) u Hospital para diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los costos asociados están cubiertos en un 100% en la red pública.

En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el Centro Médico Privado o Clínica Privada al que será derivado. Los afiliados a ISAPRE pagan el 20% de la prestación -según el arancel de referencia disponible en cada ISAPRE –. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.

Para los afiliados de FONASA o ISAPRE, GES cubre desde la sospecha, hasta el diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Los tiempos de espera asociados a estas garantías son iguales tanto para FONASA como para ISAPRE, los cuales se describen a continuación:

  • El diagnóstico tiene un tiempo de espera de 45 días desde la sospecha con resultado de mamografía o en caso de evidencia clínica de cáncer en la que no será exigible.
  • La etapificación debe realizarse dentro de 45 días desde la confirmación diagnóstica.
  • Para el tratamiento primario se considera un tiempo de espera de 30 días desde la etapificación.
  • Para el tratamiento adyuvante (Quimioterapia, Radioterapia y/o Hormonoterapia) el tiempo de espera es de 20 días desde la indicación médica.
  • Para el seguimiento, el primer control considera un tiempo de espera de 90 días desde la indicación médica.

Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.

Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad. 

 

En el caso del cáncer de mama, este seguimiento puede durar de por vida, aunque los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año. Cada año posterior al tratamiento se debe realizar una mamografía para detectar lesiones en la mama tratada o en la otra, pues existe un mayor riesgo de tener un segundo cáncer.