Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los órganos que se encuentran en la cabeza y el cuello, sin considerar el cerebro. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Según el órgano afectado puede llamarse:
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los órganos que se encuentran en la cabeza y el cuello, sin considerar el cerebro. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
Según el órgano afectado puede llamarse:
Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.
El tipo más común de cáncer en el área de la cabeza y el cuello se llama Carcinoma Escamoso. Estos cánceres comienzan en las células que recubren todas las partes de la nariz, la boca y la garganta.
Signos y síntomas de alarma:
El cáncer de cabeza y cuello produce síntomas cuando crece e invade localmente a órganos vecinos. Antes de eso, en general, no produce síntomas. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, debe acudir a un médico. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un cáncer de cabeza y cuello.
En general este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:
El tipo más común de cáncer en el área de la cabeza y el cuello se llama carcinoma escamoso. Estos cánceres comienzan en las células que recubren todas las partes de la nariz, la boca y la garganta.
En caso que una persona presente estos síntomas, el médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un cáncer de cabeza y cuello
Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de
cabeza y cuello. Entre los principales están:
Se puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer de cabeza y cuello si evita algunos de los factores de riesgo mencionados:
No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para cáncer de
cabeza y cuello.
Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un cáncer gástrico son:
En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un cáncer gástrico.
El cáncer de cabeza y cuello produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un cáncer de cabeza y cuello, puede solicitar los siguientes exámenes:
El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados) , permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Según el tamaño del tumor y compromiso de estructuras vecinas, la presencia de ganglios comprometidos y otros órganos con metástasis; el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III o IV), en donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico.
Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y el pronóstico probable. Esta reunión se conoce como Comité Oncológico.
Existen varias formas para tratar un cáncer de cabeza y cuello. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.
Los tratamientos más importantes para el cáncer de cabeza y cuello son la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia.
Es habitual que en la misma cirugía (para tumores grandes) se deba realizar una reconstrucción de la zona operada. Esto algunas veces se hace usando músculos o huesos obtenidos del tórax o extremidades.
Puede ser tratamiento exclusivo (en pacientes que no se operan) o complementario a la cirugía, si se considera que posterior a ella existe un riesgo de presentar nuevamente la enfermedad. En general se hace en simultáneo con quimioterapia.
En caso de un cáncer de cabeza y cuello avanzado, es común recibir quimioterapia al inicio del tratamiento para disminuir el tamaño del tumor y así tener mejor resultado en una cirugía posterior. En pacientes ya operados, el Comité Oncológico decidirá si entregar quimioterapia posterior a ella, dependiendo del resultado de la biopsia quirúrgica.
Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.
Ciurgía: Los efectos secundarios de una cirugía de cabeza y cuello son variables y no siempre ocurren. En general, los pacientes presentan dificultad para comer o hablar, además de cambios permanentes en la fisonomía, en caso de ser sometidos a cirugías de gran volumen y reconstrucciones.
Radioterapia: puede producir, mientras se aplica, síntomas como: dolor, irritación de piel y mucosas, dificultad para tragar y fatiga. Es habitual que los pacientes con radioterapia deban alimentarse por sondas (sonda a través de la nariz o gastrostomía).
Quimioterapia: puede producir fatiga, náuseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores
Este tipo de patologías no están consideradas dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES.
En el caso de estar afiliado a FONASA, el costo del tratamiento está cubierto en su totalidad en la red pública.
En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado. El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.
Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.
Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad.
En el caso del cáncer de cabeza y cuello, este seguimiento dura 5 años. Los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.