Cáncer de cabeza y cuello

Si sientes temor por el diagnóstico o tratamiento que tu médico de cabecera te entregó en relación a tu cáncer y necesitas que un segundo experto te dé una opinión al respecto, entonces esta ayuda de Care te servirá.

¿Necesitas una segunda opinión médica u orientación administrativa? Solicítala sin costo en

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los órganos que se encuentran en la cabeza y el cuello, sin considerar el cerebro. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

 

 

Según el órgano afectado puede llamarse:

  • Cáncer de cavidad oral: comienza en la boca
  • Cáncer de cavidad oral: comienza en la boca.
    • Cáncer de orofaringe: comienza en la parte posterior de la boca o la
    garganta.
    • Cáncer de cavidad nasal: comienza en la abertura detrás de la nariz, un
    espacio que corre a lo largo de la parte superior del techo de la boca y luego
    gira hacia abajo para unirse a la parte posterior de la boca y la garganta.
    • Cáncer de seno paranasal: comienza en las aberturas alrededor o cerca
    de la nariz llamadas senos paranasales.
    • Cáncer de nasofaringe: comienza en la parte superior de la garganta
    detrás de la nariz.
    • Cáncer de laringe: comienza en la laringe.
    • Cáncer de hipofaringe: comienza en la parte inferior de la garganta, al
    lado y detrás de la laringe.
  • Cáncer de glándulas salivales.

 

Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

Es el tipo de cáncer que se desarrolla en los órganos que se encuentran en la cabeza y el cuello, sin considerar el cerebro. Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, las que pueden afectar localmente y, en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

 

 

Según el órgano afectado puede llamarse:

  • Cáncer de cavidad oral: comienza en la boca
  • Cáncer de cavidad oral: comienza en la boca.
    • Cáncer de orofaringe: comienza en la parte posterior de la boca o la
    garganta.
    • Cáncer de cavidad nasal: comienza en la abertura detrás de la nariz, un
    espacio que corre a lo largo de la parte superior del techo de la boca y luego
    gira hacia abajo para unirse a la parte posterior de la boca y la garganta.
    • Cáncer de seno paranasal: comienza en las aberturas alrededor o cerca
    de la nariz llamadas senos paranasales.
    • Cáncer de nasofaringe: comienza en la parte superior de la garganta
    detrás de la nariz.
    • Cáncer de laringe: comienza en la laringe.
    • Cáncer de hipofaringe: comienza en la parte inferior de la garganta, al
    lado y detrás de la laringe.
  • Cáncer de glándulas salivales.

 

Consiste en el crecimiento anormal de células de los tejidos de éstos órganos, que pueden afectar localmente y en etapas más avanzadas, producir metástasis en otras partes del cuerpo.

El tipo más común de cáncer en el área de la cabeza y el cuello se llama Carcinoma Escamoso. Estos cánceres comienzan en las células que recubren todas las partes de la nariz, la boca y la garganta.

Signos y síntomas de alarma:

El cáncer de cabeza y cuello produce síntomas cuando crece e invade localmente a órganos vecinos. Antes de eso, en general, no produce síntomas. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:

  •  Dolor
  •  Tumor o úlcera de alguna de estas estructuras
  •  Baja de peso en casos avanzados
  •  Voz nasal
  •  Disfonía (ronquera)
  •  Dificultad para tragar (disfagia)
  •  Presencia de ganglios en el cuello

En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, debe acudir a un médico. El médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un cáncer de cabeza y cuello.

  • En general este cáncer no presenta síntomas hasta que ha crecido. La forma más frecuente de detección es presentar síntomas tales como:

    • Dolor 
    • Tumor o úlcera de alguna de estas estructuras
    • Baja de peso en casos avanzados
    • Voz nasal
    • Disfonía (ronquera)
    • Dificultad para tragar (disfagia)
    • Presencia de ganglios en el cuello 

     

    El tipo más común de cáncer en el área de la cabeza y el cuello se llama carcinoma escamoso. Estos cánceres comienzan en las células que recubren todas las partes de la nariz, la boca y la garganta.

    En caso que una persona presente estos síntomas, el médico realizará un examen físico y solicitará algunos exámenes para confirmar la sospecha de un cáncer de cabeza y cuello

Hay varios factores de riesgo que se asocian a la aparición de un cáncer de
cabeza y cuello. Entre los principales están:

  •  Tabaquismo (incluye masticar tabaco o uso de pipa)
  • Consumo de alcohol
  • Infección por Virus Papiloma Humano (VPH)
  • Consumo de betel (en Asia)
  • Sexo masculino tiene el doble de incidencia
  • Envejecimiento
  • Exposición a rayos ultravioletas (radiación solar)
  • Consumo escaso de frutas y verduras
  • Sistema inmune débil, como en el SIDA
  • Síndromes genéticos (anemia de Fanconi, disqueratosis congénita)
  • Liquen plano

Se puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer de cabeza y cuello si evita algunos de los factores de riesgo mencionados:

  • Consumo de tabaco
  • Consumo de alcohol
  • Infección por Virus Papiloma Humano (VPH)

No existen programas de detección precoz (tamizaje o screening) para cáncer de
cabeza y cuello.

  • En caso que su médico sospeche un cáncer de cabeza y cuello, puede solicitar los
    siguientes exámenes:
  • Examen físico completo de cabeza y cuello, a cargo de un cirujano
    especialista o de un otorrinolaringólogo.
  • Nasofibroscopía, en donde se observa desde la cavidad nasal hasta la
    garganta, a través de un tubo inserto por la nariz.
  • Biopsia, en donde se extrae una muestra del tumor.
  • Ecografía cervical, para buscar ganglios en el cuello.
  • Tomografía computarizada (TAC) de cabeza y cuello y tórax, para
    evaluar la presencia de un tumor en alguna estructura y si ha invadido
    órganos vecinos, así como la presencia de metástasis pulmonares.
  • Resonancia magnética de cabeza y cuello, que permite definir con
    exactitud el tamaño y forma del tumor.
  • PET-CT para detectar lesiones en cualquier parte del cuerpo.

Los síntomas más frecuentes en una persona que presenta un cáncer gástrico son:

  • Dolor abdominal
  • Baja de peso
  • Sensación de saciedad precoz
  • Vómitos
  • Hemorragia digestiva alta (que consiste en tener deposiciones oscuras con sangre)

 

En el caso de presentar uno o más de estos síntomas, Ud. debe acudir a un médico para que descarte un cáncer gástrico.

El cáncer de cabeza y cuello produce síntomas cuando crece e invade localmente órganos vecinos.
En caso que su médico sospeche un cáncer de cabeza y cuello, puede solicitar los siguientes exámenes:

  • Examen físico completo de cabeza y cuello, a cargo de un cirujano
    especialista o de un otorrinolaringólogo.
  • Nasofibroscopía, en donde se observa desde la cavidad nasal hasta la
    garganta, a través de un tubo inserto por la nariz.
  • Biopsia, en donde se extrae una muestra del tumor.
  • Ecografía cervical, para buscar ganglios en el cuello.
  • Tomografía computarizada (TAC) de cabeza y cuello y tórax, para evaluar la presencia de un tumor en alguna estructura y si ha invadido órganos vecinos, así como la presencia de metástasis pulmonares.
  • Resonancia magnética de cabeza y cuello, que permite definir con exactitud el tamaño y forma del tumor.
  • PET-CT para detectar lesiones en cualquier parte del cuerpo.

El conjunto de estos exámenes (algunos o todos los mencionados) , permiten determinar en qué etapa está la enfermedad. Según el tamaño del tumor y compromiso de estructuras vecinas, la presencia de ganglios comprometidos y otros órganos con metástasis; el paciente es clasificado en las distintas etapas del cáncer (I, II, III o IV), en donde la etapa I es la más precoz y la IV la más avanzada y de peor pronóstico.
Al tener la etapa de la enfermedad, el médico tratante, en conjunto con otros especialistas, definirán el mejor tratamiento específico para el caso y el pronóstico probable. Esta reunión se conoce como Comité Oncológico.

Existen varias formas para tratar un cáncer de cabeza y cuello. El médico tratante, en conjunto con el Comité Oncológico, definirán la mejor opción para cada paciente.

 

Los tratamientos más importantes para el cáncer de cabeza y cuello son la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida y la inmunoterapia.

 

  • Cirugía: corresponde a la extracción completa o parcial del tumor y los ganglios cercanos al órgano. Hay varias formas de realizar esta cirugía, el médico tratante define cuál realiza y le explica al paciente sus beneficios y riesgos. 

 

Es habitual que en la misma cirugía (para tumores grandes) se deba realizar una reconstrucción de la zona operada. Esto algunas veces se hace usando músculos o huesos obtenidos del tórax o extremidades. 

 

  • Radioterapia: consiste en destruir células cancerosas con rayos de alta energía. Esta radiación se entrega en unos equipos llamados aceleradores lineales, los que irradian a distancia a la cabeza y al cuello. 

 

Puede ser tratamiento exclusivo (en pacientes que no se operan) o complementario a la cirugía, si se considera que posterior a ella existe un riesgo de presentar nuevamente la enfermedad. En general se hace en simultáneo con quimioterapia.

 

  • Quimioterapia: consiste en la entrega de drogas por vía endovenosa o en comprimidos orales, las que llegan a todo el organismo y atacan a las células tumorales del tumor o en las metástasis, si están presentes. La quimioterapia es aplicada en ciclos y puede durar varios meses. En general, se entrega una mezcla de drogas. 

 

En caso de un cáncer de cabeza y cuello avanzado, es común recibir quimioterapia al inicio del tratamiento para disminuir el tamaño del tumor y así tener mejor resultado en una cirugía posterior. En pacientes ya operados, el Comité Oncológico decidirá si entregar quimioterapia posterior a ella, dependiendo del resultado de la biopsia quirúrgica.

 

  • Terapia dirigida: consiste en entregar algunas drogas que atacan directamente a las células tumorales, según algunas proteínas presentes en su superficie. Es un tratamiento complementario a la quimioterapia.


  •  Inmunoterapia: consiste en drogas que refuerzan su sistema inmunológico y que permite que ataque a las células tumorales.

Los tratamientos mencionados tienen distintos efectos secundarios. Algunos son inmediatos (agudos, días o semanas después de aplicados) y otros son a largo plazo (meses o años después del tratamiento). El médico tratante explicará con mayor detalle estos efectos y cómo evitarlos o disminuir la posibilidad de que ocurran.

 

Ciurgía: Los efectos secundarios de una cirugía de cabeza y cuello son variables y no siempre ocurren. En general, los pacientes presentan dificultad para comer o hablar, además de cambios permanentes en la fisonomía, en caso de ser sometidos a cirugías de gran volumen y reconstrucciones. 

 

Radioterapia: puede producir, mientras se aplica, síntomas como: dolor, irritación de piel y mucosas, dificultad para tragar y fatiga. Es habitual que los pacientes con radioterapia deban alimentarse por sondas (sonda a través de la nariz o gastrostomía).

 

Quimioterapia: puede producir fatiga, náuseas, vómitos y dolor abdominal, entre otros. En general son efectos transitorios y que pueden ser prevenidos con medicamentos durante los ciclos o con medicamentos en los días posteriores

Este tipo de patologías no están consideradas dentro de las Garantías Explicitas en Salud GES.

En el caso de estar afiliado a FONASA, el costo del tratamiento está cubierto en su totalidad en la red pública.

En el caso de ser un paciente ISAPRE, esta institución definirá el prestador al que el paciente será derivado. El paciente tiene derecho a financiarlas a través de su plan de salud. Además, puede solicitar la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas CAEC, cuya activación debe ser iniciada por el paciente.

Las personas aseguradas en los Sistemas de Salud Previsional de las Fuerzas Armadas (CAPREDENA) y de Orden y Seguridad Pública y Gendarmería de Chile (DIPRECA) tienen cobertura en las prestaciones de salud disponibles en su red asistencial.

Terminar el tratamiento es un motivo de alegría y descanso. Lo que viene son controles de seguimiento con el médico tratante, donde se evalúa el estado general del paciente, efectos de los tratamientos y se buscan signos de recaída de la enfermedad. 

 

En el caso del cáncer de cabeza y cuello, este seguimiento dura 5 años. Los primeros años serán más seguidos y ya luego una vez al año.