Exámenes y resonancia dejaron en evidencia que la columna estaba como una galleta por las múltiples fracturas. ¿Qué estaba pasando? Todo fue muy rápido: un jueves estaba esperando los resultados de los exámenes y el lunes próximo estaba sentada en la consulta del doctor, escuchando las palabras: mieloma múltiple. “Fue un terremoto, un balde de agua fría le queda poco a ese momento. Realmente quedé en shock y no le tomé el peso, pero pensé en mi hija y el doctor me dio la tranquilidad para iniciar el tratamiento lo más pronto posible”, cuenta María José.
Un trasplante de médula sería el paso a seguir. Miedo, mucho miedo. Para tranquilizarse, buscó a personas que ya habían sido trasplantadas para que le contaran del proceso. Sus amigos y cercanos fueron claves también en ese camino. Como era pandemia, ese apoyo fue a través de videollamadas, pero aún así le ayudaron mucho.
Cruzar el camino del cáncer para María José fue un antes y un después: “Una de las grandes enseñanzas es que tengo que escuchar mi cuerpo, tomarme el tiempo, ver qué está pasando en mi vida y valorarla. Muchas veces uno da por sentado cosas, como la salud, por ejemplo. Yo vivía en piloto automático. Hay que vivir el día con lo que se tiene y sacar el máximo provecho”.
¡Gracias @mariajoseteston por compartir este consejo tan sabio y necesario! Si tú también estás cruzando el camino del cáncer y quieres dar tus consejos, escríbenos a inscripciones@fundacioncare.cl
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