Anita Arias

A los 22 años Anita Arias, por iniciativa propia, decidió hacerse una mamografía, aunque no tuviera antecedentes familiares. Y, por esas cosas de la vida, le descubrieron unos nódulos que resultaron ser benignos.
A los 22 años Anita Arias, por iniciativa propia, decidió hacerse una mamografía, aunque no tuviera antecedentes familiares. Y, por esas cosas de la vida, le descubrieron unos nódulos que resultaron ser benignos.

#CONSEJOSCARE | A los 22 años Anita Arias, por iniciativa propia, decidió hacerse una mamografía, aunque no tuviera antecedentes familiares. Y, por esas cosas de la vida, le descubrieron unos nódulos que resultaron ser benignos. Desde entonces decidió chequearse todos los años, hasta que, a los 42 años, recibió la noticia que siempre temió: cáncer de mama debido a un nódulo maligno. “Fue como un balde de agua fría, no me lo esperaba, lloré mucho en ese momento. Tengo dos hijas, una de 17 y otra de 8 años, además estábamos lejos de la familia porque somos de Florida, región del Bío Bío y en ese momento vivíamos en Arica por el trabajo de mi marido”.

Pero Anita es fuerte. No había pasado ni un día cuando decidió cambiar el chip de su cabeza y entonces tomó cartas en el asunto. Lo primero era pedir ayuda para iniciar su tratamiento lo antes posible: llamó a su mamá para que cuidara de sus niñas en Arica, mientras que ella y su marido se instalaban en Viña del Mar para el tratamiento. No quería que sus hijas la vieran asustada.

Anita estaba ansiosa, solo quería que todo pasara rápido. “Soy muy creyente y eso me ayudó a no bajar los brazos, a pesar de todo, nunca pensé lo peor”. Junto a sus seres queridos, cruzó el camino del cáncer con la frente en alto; haberlo detectado a tiempo fue fundamental para su pronóstico. Después de punciones, biopsias y más exámenes, se operó en 2021 y terminó la radioterapia en 2022. En unos de sus controles posteriores, le descubrieron un tumor benigno, por lo que, responsablemente, se hace controles cada 6 meses para hacer seguimiento.

Cruzar el camino del cáncer le enseñó que no hay que descuidarse, sino hay que darse el tiempo para sí misma y hacerse los chequeos, porque nunca se sabe cuándo se descubrirá algo. También, sirvió para que sus primas, tías y amigas tomaran conciencia sobre su salud y empezaran a cuidarse. “Ahora soy una mujer más valiente que antes, capaz de soportar todo lo que venga, fuerte e inteligente, porque tengo una familia y amigos que siempre me apoyan y acompañan”.

Anita nos deja un gran #ConsejosCare: “Hay que tener mucha fuerza mental, que la pena y el miedo no le ganen a tu cabeza, para no caer en la tristeza y depresión. Rodearse de personas que sí te sirvan de apoyo, pensar en positivo, y tener siempre presente que el cáncer se puede curar, pero también puede volver, los chequeos son indispensables”.

¡Gracias @anita_79arias por tu lindo testimonio y #ConsejoCare! 💙