El éxito del tratamiento y las posibilidades de cura de la enfermedad dependen de muchos factores, como el tamaño y ubicación del tumor, si se ha diseminado a otras partes del cuerpo, si se logró extirpar por completo el tumor en la cirugía y la respuesta a la quimioterapia.
En general, entre un 65 y 70% de los niños logra curarse a largo plazo, con mejor respuesta cuando se detecta tempranamente. Cuando el osteosarcoma se ha diseminado, el tratamiento es más intenso y la tasa de sobrevida es de alrededor de un 30%.
El osteosarcoma recurrente es otro factor pronóstico. Se sabe que en un 30% de los casos el tumor volverá, aquellos que reaparecen dentro de los 18 meses después del diagnóstico son más difíciles de tratar.
Las tasas y números son promedios generales de una gran cantidad de niños que han tenido la enfermedad. Es importante conversar con el equipo médico sobre el pronóstico particular del niño. El camino al término del tratamiento es una nueva etapa donde el niño logró superar un diagnóstico muy duro y una enfermedad intensa.
Cuando el niño está en tratamiento, las rutinas familiares cambian y se reestructuran, lo que en ocasiones puede durar uno o dos años. El paso a esta nueva situación puede resultar extraño en un inicio, por lo que es importante retomar de a poco la normalidad y fomentar el desarrollo de su hijo/a.
Seguimiento
Una vez terminado el tratamiento el niño se mantendrá en seguimiento, lo que significa que periódicamente tendrá que realizarse exámenes y evaluación clínica con el especialista. El cuidado de seguimiento después del tratamiento es muy importante, ya que algunos efectos secundarios podrían no aparecer sino hasta muchos años después del tratamiento. Los efectos a largo plazo se pueden presentar luego de 10 años o más, pudiendo afectar el crecimiento, generar problemas de fertilidad, disfunción de la tiroides, problemas cognitivos y psicosociales del paciente y la familia.
La probabilidad de que el osteosarcoma vuelva a aparecer es de un 30%, por lo que es fundamental estar alerta para detectar rápidamente algún signo del tumor.
Un segundo cáncer en la etapa adulta es mayor para niños que han recibido quimioterapia y radioterapia, es fundamental monitorear y mantener el seguimiento.
Rehabilitación y reincorporación a la vida diaria
El tratamiento del osteosarcoma independiente de si se realiza cirugía conservadora o amputación, deja cambios funcionales y estéticos en el cuerpo del niño y adolescente, que se deben trabajar para incorporar en el día a día. Es fundamental la rehabilitación física y psicológica que le permita adaptarse a su nueva realidad. En general los sobrevivientes de esta enfermedad logran superar esta etapa y logran tener un buen desempeño físico y calidad de vida.
Es importante mantener el control de los problemas músculo esqueléticos, adaptar las ayudas al crecimiento del cuerpo y consultar tempranamente ante problemas al caminar o dolor, que pueden volverse crónicos si no se trata de manera apropiada.
Estilos de vida saludable
Es importante mantener estilos de vida saludables en los niños que han tenido algún cáncer y han recibido quimioterapia o radioterapia, ya que tienen mayor riesgo de desarrollar un | cáncer en la etapa adulta.