Síntomas de alerta

¿cuáles son los síntomas?

 

El cáncer se puede producir en diversas partes del cuerpo, dependiendo de donde se presente serán los síntomas que se observan, en algunos casos se pueden observar síntomas generales que comprometen el estado completo del niño, en otros casos se producen signos y síntomas más localizados dependiendo de la zona afectada.

El dolor es un signo característico e importante de considerar, en ocasiones el tumor provoca molestia en el tejido dañado o por compresión de algún órgano vecino, si su hijo refiere dolor en una zona en particular o de manera general de forma reiterada debe ser evaluado a la brevedad y derivado a un centro especialista para su diagnóstico.

 

En los niños, niñas y adolescentes, generalmente los síntomas progresan rápidamente, pero también tienen alta respuesta al tratamiento, el éxito se asocia al diagnóstico temprano por lo que es importante conocer los signos y síntomas de alerta y buscar ayuda médica si es necesario.

 

Signos y síntomas de alerta:

 

Baja de peso y pérdida de apetito
Dolor de los huesos en general o de una zona en específico ( rodilla, cadera, tobillo,etc)
Moretones y Sangrado
Decaimiento, cansancio, mucho sueño, piel muy pálida
Ganglios inflamados “pelotitas en la zona de garganta, ingleaxilas”
Hinchazón o dureza en alguna parte del cuerpo.
Dolor de cabeza frecuente, náuseas o vómitos frecuentes, mareos o pérdida del equilibrio
Dificultad para ver o manchas en los ojos.
Infecciones y fiebre recurrentes.
Hinchazón de guatita.
Cojera al caminar.

 

Es importante recordar que muchos de estos síntomas pueden ser producidos por algún virus, infección pasajera, golpe u otra condición de salud, en la mayoría de los casos la causa no es cáncer, sin embargo es fundamental que ante signos como los detallados se realice una consulta rápida para obtener el mejor diagnóstico.

¿cómo se diagnostica?

 

En general cuando un niño o adolescente presenta signos y síntomas sospechosos de cáncer el médico realizará una entrevista para conocer los antecedentes e historia clínica del niño, junto a un examen físico completo para buscar activamente más información que complemente el diagnóstico.

 

Los niños y adolescentes con sospecha de cáncer deben ser derivados a un especialista hemato oncólogo pediátrico, en la red pública del PINDA o del sistema privado de salud. Ante un caso de sospecha de cáncer la derivación y consulta a un especialista debe realizarse a la brevedad.

En la medida en que se establece el diagnóstico se realizan diversos exámenes para confirmar la existencia de cáncer, conocer la extensión de la enfermedad, evaluar si existe invasión a otros órganos y el estado general del niño y así lograr definir el mejor tratamiento y pronóstico. Además, permite conocer el estadio de la enfermedad.

 

Exámenes de sangre: Permiten conocer el estado general del NNA, evaluar cómo está el funcionamiento general de los órganos como el hígado, riñón o páncreas.
Estudio de imágenes: Los estudios por imágenes buscan obtener datos del interior del cuerpo, existen diversas técnicas y compuestos que permiten tener una mejor visión general del organismo .
Mielograma o aspirado de médula ósea: Consiste en obtener muestra directamente de la médula ósea, para observar y conocer directamente las características de las células presentes.
Biopsia: Consiste en extraer tejido de la zona sospechosa, para observar las características de las células. Es el examen confirmatorio en la mayoría de los tumores sólidos.
Punción lumbar: Procedimiento que permite extraer muestra del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, de utilidad para evaluar si existe invasión de cáncer en el sistema nervioso central.

 

Las diversas muestras obtenidas se le realizarán análisis específicos para conocer la existencia de alteraciones moleculares, cromosómicas y el tipo específico de cáncer.

 

Todos los tumores malignos infantiles están incluidos en el plan AUGE-GES, establecida la sospecha de cáncer el niño, niña o adolescente debe ser derivado a un centro especializado donde se confirme o descarte el diagnóstico en un plazo que dependiendo del cáncer que se sospeche varía de 24 horas a máximo un mes.